Watusi

Aquest bloc va sortir a la llum després d'una intoxicació etílica d'aquelles que es recorden tota la vida i com a esquela mortuoria de l'escriptor Francisco Casavella.
Com a petit homenatge aquí teniu un fragment de "Los juegos feroces" la primera part de la trilogia "El dia del Watusi".

....Y me asusto. Me asusto mucho. Andrónico de Rodas clasificó trece tipos de temor. A mí sin pensarlo mucho, me salen más: temor a la libertad, temor a estar siendo otro, temor a estar siendo demasiado uno mismo (y estar vacío), temor a la locura de los demás, temor a la propia locura, temor a la carne, temor a la paranoia, temor al temor, temor a la falta de temor(el mal presagio), temor al temor de los demás, temor al dolor ajeno que pudiera volverse propio, temor de que la vida no se parezca a nada ( porque es todo, y lo idéntico que es todo a ese todo), miedo a ser, miedo a dejar de ser, temor al pasado agotado y, aún mayor, temor al pasado inagotable, a los secretos de la familia, a los propios secretos, a lo que puede dar de sí un día. Son dieciséis. Y en esa carrera, el suceso perdido y olvidado las veces que la historia del dia del Watusi salió completa de mi boca, reúno esos miedos, esa carrera, no vuelvo la vista atrás, sanas piernas de adolescente, magnífica respiración, no hay otro rumbo que seguir en esas calles. Aquí estará, "Entonces los ojos de los demás solo dirán una cosa: que te voy a matar". Ahí estaba. La minúscula parte del todo corriendo ante viejas de gran tonelaje que se orean al fresco marino, colosales traseros olvidados torturan sillas de mimbre. Vocaciones dramáticas cuchichean misterios "Watusi, Watusi...", mientras manos arrugadas sacuden el luto del regazo y el ojo astigmático reprocha la violenta carrera de los jóvenes "Qué pena de muchachos...!". No hay compasión: solo hastío. "Eh, Eh, tú...¿dónde vas con tanta prisa?" gritan borrachos de domingo desde bares sucios. Se detiene el metálico tintineo de un futbolín.
Fernando Atienza a la carrera, en medio de la calle.